miércoles, 20 de mayo de 2009

Estracto del cuento: Los Siete Mendigos, de Rabbi Najman

El Verdadero Hombre de Bondad, es en verdad un hombre muy grande, y la existencia misma del tiempo depende de el.
Existe una montaña y sobre la montaña hay una roca y de la roca surge una Fuente. Ahora bien, todas las cosas poseen un corazón, hasta el mundo mismo cuyo corazón es una figura completamente desarrollada, con cara, manos, pies y demas. Pero una uña del pie del Corazón del Mundo tiene más corazón en ella que el corazón de cualquier otro ser.
La montaña sobre la cual están la roca y la Fuente se levanta en un extremo del mundo, y el Corazón del Mundo está en el otro extremo. El Corazón de Mundo se halla frente a la Fuente y constantemente anhela y espera acercarse a la Fuente. Su anhelo es muy grande y clama por llegar a la Fuente.
Tambien la Fuente anhela al Corazón.
Hay dos cosas que debilitan al corazón. La primera es el sol que lo persigue y lo quema por su deseo de acercarse a la Fuente. La segunda debilidad es el gran anhelo y nostalgia que continuamente siente por la Fuente. Tanto añora y anhela que su alma sale y clama.
Cuando el corazón necesita reposar un poco para recobrar fuerzas, entonces viene un gran pájaro y abre las alas sobre el y lo protege de los rayos del sol.
¿Por qué, pues, el corazón no va a la fuente, si tanto anhela por ella?
Porque si se acercara a la montaña entonces dejaría de ver la cima y no podría ver la Fuente y de no ver la Fuente, se le saldría el alma, pues la escencia de su vida proviene de la Fuente, y si no pudiese verla, entonces moriría, el cielo no lo permita. Si el Corazón pereciera, tambien lo haría el mundo, pues aquel da vida a todo, es la fuerza de la vida de todas las cosas. Es por esto que no puede llegar hasta la Fuente. De modo que se queda mirándola, anhelando y clamando.
Para la Fuente no hay tiempo, pues está fuera de el. El único tiempo que la Fuente tiene es el que el Corazón le da como regalo. Este regalo consisteen un solo y único día, y si este día llegara a su fin, la Fuente carecería de tiempo y desaparecería. Si esto ocurriera, tambien el corazón sería incapaz de seguir existiendo sin su amada y anhelada Fuente. Y si muriera el Corazón tambien moriría el mundo. Al final del día comienzan a despedirse uno del otro, conversan entre sí con maravillosas palabras y poemas, con un gran amor y tremendo deseo.
El Verdadero Hombre de Bondad observa con mucha atención todo esto. Así, cuando ese día se acerca a su fin, el Verdadero Hombre de Bondad le entrega al Corazón el regalo de un día, y el Corazón da este día a la Fuente, de modo que la Fuente tiene tiempo otra vez.

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