miércoles, 7 de abril de 2010

hitbodedut

eliau levy,
me paso el pequenio librito escrito en castellano, al que lo tipee para tenerlo en forma digital y pasarlo
aqui esta y me gustaria saber quien lo tradujo del hebreo,
nanaj
uzinanaj

HITBODEDUT
(PLEGARIA MEDITATIVA EN RECLUSION)

Quien quiera probar el gusto de la luz oculta, o sea los secretos de la torá que serán revelados en el futuro, debe recluirse en soledad con frecuencia en una auto-expresión meditativa entre él y su Creador. Uno debe reflejarse a sí mismo en forma introspectiva, evaluando todas sus acciones y asuntos, preguntándose si son la forma correcta y adecuada de comportarse frente a Dios, a que que le brinda su generosidad en cada momento. De tal modo, cada individuo debe mantener sus propios asuntos bajo evaluación constantemente ante el tribunal de sus asuntos personales y juzgar sus propias acciones y omisiones. Al hacerlo, uno se alivia de todas las ansiedades y se protege de todos los miedos. Es decir que no volverá a sentir temor ni ansiedad ante un oficial de las autoridades, el dueño de la casa, una bestia salvaje, un asaltante o cualquier otra cosa en el mundo. El único miedo se sentirá ante Dios exclusivamente. Así uno eleva el miedo a su fuente y origen, que es el intelecto, daat, mereciendo el total conocimiento, sabiendo a quién se debe temer, o sea el Santo, Bendito Sea, con Su grandeza. De esta forma el individuo se hace digno de recibir la torá revelada y llegar a una genuina humildad. Y por su intermedio, se hace digno de orar con auto-sacrificio, renunciando a todo egoísmo y a la existencia física durante la oración, sin motivos adicionales que redunden en beneficio propio, sin pensar en uno mismo siquiera; tan solo sometiendo la misma esencia de uno y su existencia terrenal como si no existiera en absoluto en el mundo. Al actuar así, uno se torna digno de acceder a los secretos de la torá, que son la luz oculta que se revelará en el futuro. A todo ello uno se hace merecedor mediante la reclusión, la hitbodedut (LM 15).

Este aislamiento es una auto-expresión que el individuo tiene en diálogo con su Creador, manifestando verbalmente sus sagrados anhelos y deseos, la forma en que uno ansia ser liberado de sus tendencias negativas y de llegar al verdadero bien, orando y suplicando a Dios por ello; así es como se trae a las buenas almas de algo potencial a la realidad. Por medio del anhelo, las almas pasan a ser un potencial y la verbalización las concreta y torna en realidad. Así se hace uno digno de que sus pedidos sean respondidos, formando las letras de la torá de un modo positivo, dando vida y alimento a todo, atrayendo el bien y las bendiciones a todos los mundos y despertando a numerosas almas para el arrepentimiento en ese diálogo que el individuo mantiene con su Creador. Esto se debe a que los anhelos y los deseos que se manifiestan verbalmente son preciosos y cada uno debe acostumbrarse a hacerlo durante el día; de esta manera, el mundo entero podría elevarse (LM31).


En cada judío hay un precioso punto que es su fuerte deseo de hacer exclusivamente la voluntad de su Creador. Pero las pasiones rompen los corazones de los humanos y ello aleja los corazones del punto mencionado. Por consiguiente, cada persona debe dialogar con su Creador para que el punto ilumine su corazón y elimine la dureza que lo envuelve bajo un manto de deseos inadecuados que son una desgracia y terminan destrozando el corazón humano (LM34).

Cada uno de nosotros debe acostumbrarse a manifestarse ante Dios con la más profunda sinceridad, al punto de sentirse muy avergonzado ante el Todopoderoso por sus pecados contra el Gran Señor, el Dios del Universo.
Cada individuo debe verse a si mismo como fusionado en su fuente y origen. Para ello, debe someterse y la única forma de someterse es mediante la hitbodedut. Recluido a solas con Dios uno puede someterse por completo y ligarse a Él, para así fusionarse con su fuente y origen (LM52).

La hora más adecuada para la hitbodedut es por la noche, cuando todos duermen. También es preferible que se haga en un lugar fuera de la ciudad, saliendo a un sitio por el que no pase la gente siquiera de día. Con estas plegarias meditativas en soledad, a la intemperie, volcando lo que hay en el corazón y la mente sobre todos los asuntos mundanos y renunciando a todo hasta estar uno completamente sumiso. Es decir: primero se reza para renunciar a las características negativas del carácter; luego otra, hasta la sumisión total sin que quede el más nimio vestigio de orgullo o de egoísmo y uno literalmente se siente como si careciera de toda existencia propia y así llega al nivel de la verdadera sumisión, cuando se fusiona con su fuente y origen, lo que hace que el mundo entero se fusione con su fuente y origen, todo se convierte uno con Dios.

La hora más adecuada para la hitbodedut es por la noche, aislándose el individuo en su plegaria ante Dios, manifestándose ante Él, hablando consigo mismo en búsqueda de un espíritu sano y refinando sus puntos interiores positivos al limpiar de ellos toda influencia espiritual mala, hasta llegar al punto en que el corazón del hombre fluye ante el Señor como agua. Por este medio, uno puede regocijarse, someterse a la imaginación y anular todas las pasiones. Así obtendrá memoria para recordar siempre el mundo por venir y para reflexionar el todo momento sobre su meta final y su propósito en el más allá, hasta arrepentirse por completo y sinceramente ante Dios. (LM54).

Cuando una persona reza con devoción o en estado de hitbodedut, y mientras lo hace cae de su nivel espiritual, eso es causado por una imperfección en su fe. Uno debe entonces abrir su corazón y avergonzarse por caer desde lo encumbrado del Cielo a la Tierra. Uno debe tener compasión de si mismo hasta suspirar y a través del suspiro volverá a su nivel anterior (LM 108).

Cuando uno habla ante Dios, manifestándose con polémicas y pedidos, esperando imponerse al Altísimo, para que este cumpla con su pedido, Dios se complace y disfruta del que se impongan sobre Él. Por lo tanto, Dios mismo envía las palabras a la boca de la persona para que esta persona pueda vencerle. Sin esto, seguramente sería imposible para un mortal imponerse a Dios, pero es Él mismo quien ayuda a la persona a hacerlo. (LM124).


Cuando una persona se recluye en plegarias en modo de hitbodedut y manifiesta sus dolores ante Dios y arrepentimiento por las grandes imperfecciones que ha causado, la shejiná le responde manifestándose y expresando sus propios dolores ante la persona, pues cada imperfección o tacha en el alma de una persona es una imperfección o una tacha en la shejiná. Así, la shejiná reconforta a la persona y le dice que encontrará vías para rectificar todas las imperfecciones (LM 259).

Es muy ventajoso orar y manifestarse ante Dios en el campo, entre las pasturas y los árboles. Pues cuando una persona ora y se manifiesta ante Dios en el campo, entonces toda la vegetación y las plantas entran a formar parte de su oración, ayudándole y brindándole la fuerza para orar y manifestarse (LM II 12).

La plegaria meditativa aislada en estado de hitbodedut es un nivel muy elevado y una forma sólida y recta de acercarse a Dios. Cada persona debería dedicar algo de su tiempo durante el día para manifestarse ante Dios en un idioma coloquial. Es mucho más sencillo expresarse explícitamente en el idioma que uno usa a diario y decir a Dios todo cuanto tenga para discutir y justificarse usando palabras que apaciguan y ruegan, con lo que uno se hace digno de acercarse al Señor. Cada persona, por conocer sus limitaciones y cuán lejos se encuentra de Dios, debe decirlo todo ante Él. No pueden sobreestimarse las increíbles ventajas de esta práctica, ya que supera a las demás e incluye todas las formas de servir a Dios. Así uno puede obtener todo lo bueno en este mundo y en el siguiente. Uno puede obtener cualquier cosa mediante la plegaria y los ruegos. Todos los grandes tzadikim llegaron a sus niveles sólo mediante el seguimiento de esta práctica. Toda persona inteligente comprenderá por sí misma la grandeza de esta práctica. Afortunada es la persona que dedica un tiempo especial cada día para esto, mientras el resto del día puede permitirse disfrutarlo (LM II 25).

Si bien llorar ante Dios en súplicas y ruegos es algo muy bueno, cuano uno recita salmos o cualquier otra súplica o ruego, o habla con su Creador en hitbodedut, si está esperando constantemente o buscando el llanto, esto también es un pensamiento ajeno que sólo causa confusión. Lo importante es decir lo que haya para decir con total sinceridad oír con los oídos y con el corazón lo que uno está diciendo. Si llora, muy bien, pero si no llora, no debe sentirse confundido por ello (conversaciones citadas al final de LMII).

Todos los tzadikim y los realmente temerosos de Dios han alcanzado sus niveles sólo mediante la hitbodedut y la revelación de sus corazones ante Dios. Especialmente en nuestras generaciones al final del exilio, cuando las fuerzas del mal se fortalecen y la gente se debilita, tanto física como espiritualmente, es imposible salvarse en estos tiempos de las fuerzas del mal y de la proliferación de obstáculos para acercarse a Dios sólo por medio de que abra su corazón ante Él. Uno debe acostumbrarse a dedicar un horario especial cada día para manifestarse ante Dios específicamente en su idioma cotidiano. Uno debe decir ante Dios todo cuanto tenga en su corazón, tanto si se trata de pedir perdón por el pasado como de rogar por el futuro, para que el Señor le depare lo que necesita y para hacerse digno y merecedor de su cercanía. Incluso si uno no puede decir lo que tiene en su corazón y puede decir solamente una única palabra, también ello es muy bueno. Si solamente logra decir Señor del Universo, Ribono shel Olam, también esto es muy bueno. Aunque se trate solamente de la preparación para hablar, si uno no puede hacerlo, el deseo de hacerlo y los preparativos son muy preciados ante los ojos de Dios. Si uno es persistente y se esfuerza una y otra vez para decir ante el Creador lo que tiene en su corazón, eventualmente Dios le ayudará a expresarse en forma elocuente y cada vez encontrará cosas nuevas para hablar, a medida que Dios se las vaya enviando. Uno también se hará merecedor de obtener el bien genuino y eterno mediante estas prácticas, que son un método que incluye todo lo necesario para servir a Dios. Todos los preceptos y mandamientos requieren muchas plegarias y súplicas. Afortunada es la persona fuerte en ello. Desde el más pequeño hasta el más grande y encumbrado, resulta imposible ser un buen judío sin realizar la hitbodedut y sin manifestar ante Dios cuanto uno tenga en su corazón.

Incluso cuando uno recita Salmos, el tikún jatzot o cualquier otra plegaria y súplica, debe pensar cómo se aplica ello a si mismo.

Aunque alguien pueda sentir que está hablando despiadadamente, también esto es muy bueno. Cuando uno habla profusamente incluso de esta manera, generalmente logra despertar al corazón y colocarlo en el estado que corresponde, pues el habla tiene un gran poder para despertar a un individuo. Y aunque hayan pasado muchos días y muchos años y le pareciera que nada ha obtenido con hablar, no por ello deberá deprimirse pus las palabras sin duda han tenido su efecto. Tomemos el agua que cae sobre una piedra como una metáfora. Así como el agua parece no tener la potencia para dejar su marca en la roca, tras caer continuamente sobre ella durante un largo período terminará perforándola. De modo similar, si el corazón es duro como una piedra y pareciera que las palabras y las plegarias de uno no le hacen mella, eventualmente, al cabo de días o de años las palabras horadarán, como indica el versículo : las aguas han perforado la piedra. Por ello, es bueno que durante su hitbodedut una persona diga: Hoy comienzo a vincularme a Ti¡ Cada vez alguien debe comenzar de nuevo, pues todo surge desde el inicio. Como se ha dicho, comenzar es ya media tarea hecha. Por ello, cada uno debe hacer en cada ocasión. Si el pasado fue bueno, entonces desde ahora en adelante las cosas serán aún mejores y si el pasado no fue bueno, entonces seguramente habrá que comenzar nuevamente.

Uno debe decir ante Dios cuanto haya en su corazón, elevándolo al punto en que su alma virtualmente salga de su cuerpo. Esta es la perfección de la hitbodedut.
Cuando Dios ayuda a una persona con su hitbodedut, esa persona puede manifestarse ante Él del mismo modo en que le hablaría a un amigo. Esto de hablar con Dios como hablaría con un mentor o un amigo requiere mucha práctica; Él está en todas partes, toda la Tierra está llena con su gloria. (LM II 99).

Es muy bueno rogar ante Dios por piedad, como un hijo rogaría a su padre. Cuán bueno es si uno puede elevar su corazón hasta las lágrimas, llorando ante Dios como un hijo llora ante su padre (Sijot Haran 7).
Es posible gritar con gran intensidad con una voz acallada que nadie oiga, pues no se emite sonido alguno. La persona sólo visualiza vívidamente este grito en su mente (sijot haran 16)

Un corazón roto es algo muy precioso. Pero hay que saber que un corazón roto y tristeza no son lo mismo. La tristeza es como estar enojado, pero un corazón roto como un hijo rogando a su padre, como un niño sollozando por estar distanciado de su padre. Esto es lo que resulta precioso a ojos de Dios. Sería bueno que uno tenga el corazón roto todo el día, pero como la mayor parte de las personas pasaría fácilmente de un corazón roto a la tristeza, entonces debe apartar algún horario cada día para manifestarse ante el Señor con el corazón roto, limitando el corazón roto a ese horario y debe estar contento el resto del día. (sijot haran 41).

Alguien cuyo corazón está firme con Dios y desea servirle sinceramente deberá pasar todo el día orando y en hitbodedut, tal como lo han dicho nuestros sabios, : si una persona orara todo el día. NO obstante, la mayor parte de la gente no puede hacerlo, porque al menos debe dejar un tiempo cada día para la hitbodedut, ya que también esto es muy bueno (LM II 96).

Porque la plegaria personal que uno tiene con Dios es una nueva senda y una nueva plegaria, pues una persona se expresa en forma espontánea, por lo que las fuerzas del mal no lo reconocen tan bien y por eso es menos probable que intenten detenerlo, del modo en que intentan detener las plegarias y las súplicas comunes. NO obstante, uno debe recitar con diligencia estas otras plegarias y súplicas (LM II 97).

Una persona que separa por lo menos un horario fijo cada día para esta práctica de hitbodedut y de hablar ante Dios sin duda tendrá méritos para acercarse a Él. Incluso si han pasado días y años y uno no ha hecho méritos aún para llegar tan cerca como esperaba, debe animarse a hacerlo con mayor intensidad pues al fin de cuentas seguramente ayudará (sijot haran 68)
Cuando un judío dese hablar y manifestarse ante Dios, tratando así de acercarse a su servicio, Dios pone de lado todos sus asuntos y todo aquello que desea ordenar y pasa a prestar atención a la persona que desea hablarle y buscar Su ayuda para estar cerca de Él. Por lo tanto, la hitbodedut protege al pueblo judío de todos los males (sijot haran 70)

El invierno es un período de gestación, en el que todas las hierbas y las plantas están muertas ya que su poder de crecimiento está dormido, como si no tuviera vida. Pero al llegar la primavera, que es un aspecto de nacimiento, todas ellas despiertan nuevamente a la vida. Es entonces un buen momento para salir a los campos y manifestarse en plegarias, súplicas y ruegos a Dios. Todo el crecimiento del campo que comienza a volver a la vida y a crecer, pasará a fusionarse con las palabras y las plegarias del individuo (sijot haran 98).

Cada persona debe gritar y elevar su corazón a Dios, como si su vida dependiera de un delgado hilo en medio del océano, mientras sopla un fuerte viento sin forma natural de salvarse. Casino hay tiempo siquiera para gritar, pero la verdad es que no hay otra forma de escapar que no sea la plegaria en hitbodedut, elevando la vista hacia Dios y gritando. Esto es lo que la persona debe hacer en todo momento, ya que el hombre esta siempre expuesto a gran peligro en este mundo, tal como lo sabe cada uno en su fuero íntimo (sijot haran 117)

Si una persona es digna de oír las canciones y las alabanzas de las hierbas , la forma en que cada hierba eleva un cántico único a Dios sin el más mínimo motivo ulterior o pensamiento ajeno, cuán hermoso sería oír tal canto. Por ello, es muy ventajoso servir a Dios en modo de hitbodedut en el campo a la intemperie, entre los cultivos, volcando las plegarias ante El con sinceridad (sijot haran 163).
Dejar fluir el corazón ante Dios en hitbodedut en el idioma cotidiano de cada uno es una práctica general que cada judío debe llevar a cabo cada día de su vida. De modo similar, el estudio diario de los códigos del derecho judío, el Shulján Aruj , también es una práctica general (sijot haran 185).
Es preferible realizar la plegaria meditativa a solas, la hitbodedut, fuera de la ciudad, entre las hierbas, pues las hierbas elevan el corazón (sijot haran 227)

Aunque hay algunas personas rectas que no practican la hitbodedut, se trata de individuos ansiosos y confundidos, pues una mente calma sin ansiedad ni confusión alguna puede obtenerse exclusivamente mediante la hitbodedut (sijot haran 228)

Cada judío debe estar tan atraído hacia Dios que aunque se encuentre en compañía de otros humanos se despertará hacia Dios con tal gran súplica y excitación que elevará sus manos y corazón hacia el altísimo y llorará ante Él desde lo más profundo de su corazón con formidable entusiasmo (sijot haran 230)

Si bien es posible practicar la hitbodedut mentalmente, es decir en silencio, lo principal es hablar. Al exteriorizar el habla uno puede sobreponerse a todo y salir victorioso de todas las batallas espirituales que debe librar en este mundo. Preferentemente, uno debería acotar dos horas diarias para la hitbodedut; durante una hora, el individuo rogará y se preparará para hablar y abrir cuanto tiene en su corazón y durante la segunda hora hablará (sijot haran 232)

Es muy beneficioso para una persona contar con una habitación especial para servir a Dios, especialmente para la hitbodedut y para manifestarse ante Él. El mero hecho de estar sentado en esta habitación especial es de por sí sumamente beneficioso. Pero si una no pudiera procurarse una habitación especial, podrá encontrar numerosas maneras de cumplir con la práctica de la hitbodedut (sijot haran 274-275) .
Una persona que hace mérito al hacer un hábito de practicar correctamente la hitbodedut, de manifestar cuanto tiene en su corazón ante Dios tal como se debe, particularmente si lo hace en el campo , en un bosque , sentirá con cada paso que camine allí un gusto del Paraíso, el Edén. Incluso después de que regrese, el mundo entero se verá nuevo ante sus ojos. Le parecerá como si el mundo fuera completamente diferente de lo que fue antes ya que no lo verá igual en absoluto (hishtapjut hanefesh 43)

Me han dicho que el rebbe dijo que desde la persona más pequeña a la más grande, es imposible ser una persona realmente recta sin la práctica de la hitbodedut. Mencionó un sinnúmero de verdaderos tzadikim que según él llegaron a sus niveles solamente siguiendo la práctica de la hitbodedut. También mencionó a una persona simple que fue un nieto del Baal Shem Tov, diciendo: Este hombre también manifiesta ante Dios cuanto tiene en su corazón con frecuencia, sollozando en abundancia. Los descendientes del Baal Shem Tov están muy acostumbrados a esta práctica, pues son descendientes del rey David, que dedicó su vida a esto. Él lograba llegar a un estado con el corazón profundamente quebrado ante Dios y esa es la forma en que compuso los Salmos. (LM II 100)

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